demonología

Corrientes Contemporáneas: La Guerra Espiritual (1a Parte)

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La mayor parte de las nuevas corrientes respecto a la demonología están enmarcadas en el tema de la Guerra Espiritual. Esta a su vez se ha convertido en un pilar fundamental en el quehacer evangelístico en algunas denominaciones evangélicas. Desde hace tiempo se promueve en predicaciones, conferencias, se imparten seminarios a acerca de cómo llevarla a cabo, abundan en las librerías literatura respecto al tema, está presente en innumerables cantos, etc. Así que iniciaremos describiendo un poco el tema de la Guerra Espiritual y luego veremos las principales enseñanzas que se desprenden de la misma.

¿Qué es la Guerra Espiritual?

El concepto de guerra espiritual está basado en algunos pasajes tales como Efesios 6:12 o 1 de Timoteo 6:12, y se refiere, en término generales a una confrontación con los poderes del mal. Aunque ha estado presente en la doctrina y la práctica de la iglesia a lo largo de la historia, en los últimos tiempos ha tomado un gran auge y nuevas directrices. Entre los principales impulsores de este movimiento se encuentran Peter Wagner, Neil T. Anderson, Edward Murphy, Gerardo y Carol Robeson, Cindy Jacobs,  Ana Méndez, Héctor Torres, entre otros. Se la ha considerado como un gran despertar espiritual, o la doctrina más importante de todos los tiempos.

Ellos piensan que de la guerra espiritual depende el fracaso o el éxito en la evangelización y el trabajo misionero. Por lo tanto, antes de evangelizar, es necesario hacer Guerra Espiritual. Por lo general, se mencionan tres niveles en los que se lleva a cabo esta guerra (Bernardo Stamateas enumera seis): El nivel superficial o lucha espiritual a ras de suelo, el nivel oculto de guerra espiritual contra el ocultismo, y el más alto nivel que es la guerra espiritual estratégica.

I. DOCTRINAS:

Jerarquía demoníaca y espíritus territoriales

Tomando como base Efesios 6.12, se describe la siguiente jerarquía: principados (arjas), potestades (exousias), gobernadores (kosmokratoras) y huestes espirituales de maldad (pneumatikas tes ponerías).

De acuerdo a Harold Caballeros, la doctrina de los espíritus territoriales «se refiere al poder de  ciertas entidades  espirituales  que ejercen  poder y dominio exclusivamente  en un área  geográfica especifica«. Utilizan Daniel 10:13 y 20, para afirmar que Satanás tiene asignados gobernadores y principados en las naciones paganas, los cuales mantienen en engaño a los pueblos. Para que la evangelización sea eficaz se debe identificar el tipo de principado que gobierna esa región o territorio y vencerlo.

Rita Cabezas abona otra cita para defender su postura de los espíritus territoriales: Marcos  5:10,  dice: Y  le  rogaba  mucho  (el  demonio)  que  no  los  enviase  fuera de aquella región. Aparentemente  a los demonios  les  asustaba  la idea  de ser enviados  a otro  territorio  y de  lo que  podía  sucederles  si eran encontrados  fuera  de la  región  asignada. ¿Será  posible  que si un  demonio  es  hallado  en  el  territorio  de  otro  demonio  sin el permiso  de  su  superior,  será  severamente  castigado?

Sin duda el pasaje de Efesios 6:12, describe un reino espiritual organizado y operando en una esfera aparte del mundo natural, y en Daniel se insinúa que hay fuerzas demoníacas que pueden estar obrando en los sistemas políticos opresores. Sin embargo en ningún pasaje se sugiere que debamos tomar parte activa identificando a estos demonios. Además estos pocos textos son insuficientes para aportar una información completa, por lo que la mayor parte de los datos son producto de la especulación, la imaginación o en el peor de los casos es información extraída de la “confesión” de algunos demonios.

Maldiciones Generacionales

¿Padece alguna enfermedad hereditaria? ¿Tiene el mismo carácter de sus padres? ¿La conducta de sus hijos se asemeja a la que usted tuvo? ¿Ha intentado suicidarse? ¿Se ha divorciado alguna vez? ¿Siente que no es feliz? ¿Usted o sus padres han practicado la  idolatría? ¿Visitó usted o sus padres algún brujo? ¿Tiene o guarda algún objeto de su pasado? De acuerdo a los promotores de la Guerra Espiritual, si la respuesta a todas esas preguntas es afirmativa, es muy probable que haya una maldición generacional que de no romperse seguirá afectando a su descendencia.

Según Cindy Jacobs, “Cuando alguien peca, si no se arrepiente de ese pecado, los hijos que tenga después de haber pecado van a cosechar lo que ha sembrado, por medio de eso que la Biblia llama «iniquidad». Esta iniquidad se puede presentar bajo la forma de una atadura espiritual…”

Las maldiciones más comunes tienen que ver con la pobreza, la enfermedad y la locura (enfermedades mentales). Éxodo 20:5; Deuteronomio 28:15-68  y Proverbios 26:2 son algunos de los pasajes predilectos. Como una extensión a esta doctrina está la idea de que los demonios también son trasmitidos en una familia de generación en generación debido a maldiciones, pecados o prácticas ocultistas.

Demonios en los cristianos

Quienes sostienen la posibilidad de cristianos que tengan demonios, hacen una distinción entre la posesión, y demonización. Según ellos un cristiano no puede ser poseído por un demonio pero si puede quedar demonizado. Creen que el demonio puede habitar el cuerpo de cristiano si este le “abre puertas”.Dice frank Hammond:

Un cristiano no puede ser poseído…En el Nuevo Testamento la palabra… era… ‘estar bajo la influencia de un demonio’  o ‘tener un demonio afligiéndole’. Los demonios están en el cuerpo del cristiano… y no en su espíritu.

Aluden a la experiencia para demostrar que muchos creyentes que asisten a la iglesia han sido demonizados, y presentan casos bíblicos que parecen sustentar su enseñanza, como el de Saúl, Ananías y Safira y Judas. En esta enseñanza encuentran la explicación a los pecados y conductas de los cristianos. De esta forma algunos pueden tener un espíritu de adulterio, de fornicación, de homosexualismo, de envidia, o de orgullo entre otros.

Pero la Escritura no hace ninguna diferencia entre poseído y demonizado; de hecho, demonizado es la transliteración de daimonizomai, el cual se utiliza en la mayoría de los casos de posesión y se refiere a no creyentes. En Hechos se utilizan otras expresiones y también se aplica a no creyentes (Hch. 5:16; 8:7; 16:16; 19:12-16). Lo que ellos le adjudican a los demonios la Biblia lo atribuye a las obras de la carne. Pero resulta más cómodo para muchos culpar a un demonio por su pecado que arrepentirse y crucificar la carne (Gálatas 5:24).