Teología Práctica

LA SECULARIZACIÓN DE LA IGLESIA

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Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres (Mateo 5:13).

Introducción

En el Oriente antiguo, la sal tenía dos empleos: su uso principal era para dar sabor, y como antiséptico servía para preservar los alimentos. Por ello era considerada un ingrediente absolutamente necesario. El Señor Jesús utiliza este elemento para describir la función principal de su iglesia en el mundo. Si se aplican los dos usos diríamos que, tal como la sal, el cristianismo es sumamente necesario en el mundo. La vida sin Cristo y el cristianismo es insoportablemente insípida (Ralph Earle). Además, ayuda a frenar la podredumbre moral y espiritual que destruye al mundo. Igualmente los cristianos, mostrándose como verdaderos cristianos, están combatiendo constantemente la corrupción moral y espiritual (W. Hendriksen). Es probable que esta sea la interpretación más correcta.

Pero luego Jesús hace una observación interesante: Si la sal se desvanece, ¿qué utilidad tiene? Puede ser que el Señor se refiera a la sal que pierde su sabor por un proceso de adulteración, contaminación o infiltración: la sal pierde su sabor debido a las sustancias extrañas que se han mezclado con ella (W. Hendriksen). O bien que hable de forma hipotética, de un fenómeno imposible; si la sal pierde las propiedades que la hacer ser lo que es, si deja de ser sal, entonces ya no tiene ninguna utilidad, lo único que queda es tirarla.

La iglesia debe influir en el mundo como sal que es. Es ella la que debe cambiar a la sociedad. Sin embargo, a menudo la iglesia ha sido influenciada por el mundo. Si se pierden los valores del reino y se asimilan los del mundo, entonces, ¿qué cambio pueden ofrecer los discípulos de Cristo? Esto es de lo que queremos hablar hoy, de la mundanalización de la iglesia.

Definición de términos

  • Secular: La palabra «secular» procede del vocablo latino seculāris. Es una palabra compuesta de saeculum (“siglo”, “mundo”) y el sufijo –alis (“relativo a”). Según el diccionario de la RAE, es lo perteneciente o relativo a la vida, estado o costumbre del siglo o mundo. Lo secular se asocia a la vida civil o mundana, en oposición a la vida religiosa. Por tanto, lo secular es lo opuesto a lo religioso. Por ejemplo, existe la música secular y la música religiosa.
  • Secularismo: El secularismo es la ideología que tiene como objetivo separar a Dios o a la religión de la vida pública. Busca, por ejemplo, eliminar el poder y la influencia de la Iglesia católica o de alguna otra institución religiosa, en las leyes, decisiones o normas de un Estado.
  • Secularización: Para ponerlo en términos simples, utilizamos aquí la palabra secularización en el sentido de una “mundanalización” de la iglesia. Es la pérdida de la verdadera vida de la Iglesia… es el rechazo del ethos (carácter) eclesiástico y la penetración de nuestra vida por el llamado «espíritu mundano».
  • Lo grave de esto es que no se trata de gente externa intentando secularizar a los cristianos (claro que los creyentes siempre están expuestos a tentaciones fuera del ámbito de la iglesia). Más bien hablamos de cómo los mismos cristianos intentan secularizar la iglesia.
  • Oss Guinness escribe: El desafío más agudo de la modernidad no es el secularismo, sino la secularización. El secularismo es una filosofía; la secularización es un proceso. Mientras que la filosofía es obviamente hostil y afecta solo a unos pocos, el proceso es en gran medida invisible y afecta a muchos. Al ser abiertamente hostil, el secularismo rara vez engaña a los cristianos. Al ser mucho más sutil, la secularización a menudo engaña a los cristianos antes de que se den cuenta, incluidos los del movimiento de crecimiento de la iglesia. ¿De qué otro modo se puede explicar el comentario de un hombre de negocios japonés a un visitante australiano? “Cada vez que me encuentro con un líder budista, me encuentro con un hombre santo. Cada vez que me encuentro con un líder cristiano, me encuentro con un gerente” (Os Guinness. Cenar con el diablo: el movimiento de la megaiglesia coquetea con la modernidad. pág. 49).

Un antecedente histórico: La iglesia imperial

  • Hay un antecedente histórico, que nos sirve de advertencia: el de la iglesia en la época de Constantino. Un proceso de secularización comenzó luego de que cesaron las persecuciones. Mientras éstas se mantuvieron, los verdaderos cristianos se afirmaron en su fe. Pero luego el cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio y comenzó una adulteración de la fe y la forma de vida cristianas. La iglesia se fue adaptando a las costumbres del mundo con el fin de atraer a las personas. Muchos se convirtieron más por conveniencia que por convicción.
  • El anacoretismo y el monasticismo posterior se desarrollaron como una reacción a la secularización de la iglesia.

Síntomas de la secularización de la iglesia

  • ¿Tenemos razón al decir que el secularismo ha invadido a la iglesia?
  • Esta etapa de la historia se distingue por su afirmación de verdades múltiples, en lugar de una verdad absoluta; por el individualismo, por la sobrevaloración del sentimiento, por el narcisismo, por la vida centrada en el hedonismo, etc. Los siguientes síntomas pueden revelar si una congregación ha asumido las “formas” del mundo.
  • Desprecio a la doctrina
    1. Sabemos que la secularizado ha afectado a una congregación cuando se le da menos prioridad al estudio de las doctrinas bíblicas, las cuales son el fundamento de nuestra fe.
    2. Por lo general, este desprecio viene como consecuencia de restar autoridad a la Palabra de Dios. Entonces, las doctrinas bíblicas se sustituyen por doctrinas o enseñanzas humanas.
    3. La autoridad y la inspiración de las Escrituras son el ancla que impide que la iglesia se desvíe hacia el error.
  • Mayor preferencia a “la adoración” que a la exposición de la Palabra
    1. De la mano con lo anterior, viene un desbalance en nuestras reuniones. Suele suceder que en algunas iglesias se da mayor prioridad a la “adoración” que a la ministración de la Palabra. Esto porque esta primera parte del culto, le da prioridad al sentimiento, a la emotividad.
    2. Una cosa lleva a la otra, como la adoración se basa en la emotividad, entonces seleccionamos cantos al gusto de la gente. No elegimos la letra y la música en relación a lo que nos enseñan acerca de Dios, o porque son doctrinalmente saludables, sino porque son pegajosos, emotivos, sentimentalistas, etc.
  • Mensaje menos bíblico y más psicológico
    1. Otro síntoma de la secularización, que incluso resulta grave, es la reformulación del mensaje del Evangelio, buscando lo popular y quitando lo que resulta incómodo al auditorio.
    2. La predicación de la Palabra gira en torno a nuestras doctrinas esenciales. Habla del pecado, del amor de Dios, pero también de su justicia y su santidad; habla del cielo y del infierno, del juicio venidero; habla de la necesidad del hombre por reconciliarse con Dios. Sobre todo, la predicación nos conecta con Cristo: …pero nosotros predicamos a Cristo crucificado (1 Corintios 1:23) Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado (1 Corintios 2:2).
    3. Pero hoy la predicación pone a Dios al servicio del hombre. El mensaje no es “arrepiéntete y confiesa a Cristo como Señor para ser salvo”. Más bien, “ven a Cristo para que seas feliz, para que te sientas realizado, para que cumplas tus sueños, para que seas prosperado”. La salvación se relaciona vagamente con la satisfacción de las necesidades personales y la búsqueda de la “autorrealización”.
    4. Si la predicación apela al deseo narcisista de utilizar la fe para la riqueza y bienestar personal más que al llamado bíblico a rendirse y sacrificar todo por el Señor, entonces esa congregación se ha secularizado.
  • Un mayor énfasis en los programas sociales y el entretenimiento
    1. La iglesia secular se convierte más bien en un club. Sirve para proveer de contactos sociales, ofrece entretenimiento y recreación.
    2. Si la iglesia pone más empeño en los programas sociales o recreativos que en otras reuniones. Si los miembros asisten más a estos eventos que a las actividades espirituales, entonces, estamos cayendo en la secularización. Si un cristiano no encuentra “placer” en venir a la Escuela Dominical o al culto de oración, pero sí a los convivios, algo anda mal en ese hermano. No es que sean malos los convivios, incluso la iglesia primitiva los tenía, pero estos no deben ser la base para “ganar almas”.
    3. Cuando el objetivo principal de una congregación es atraer a multitudes el domingo, dándoles una “experiencia” en lugar de hacer discípulos comprometidos, entonces ellos han abrazado la cultura del entretenimiento y se han secularizado.
  • Un estilo de vida más acorde al mundo
    1. Una congregación se ha secularizado cuando los creyentes mantienen la misma opinión que el mundo respecto a temas de moral y de conducta, sea ignorando los principios bíblicos o acomodándolos a la cultura del mundo.
    2. Por ejemplo: Las relaciones sexuales pre-matrimoniales se ven como normales. Muchos cristianos no tienen problema en apoyar la ideología de género, o el aborto. Se usa música secular en eventos de la iglesia. En otras iglesias incluso se hacen bailes “cristianos” y se consumen bebidas alcohólicas. A quienes se oponen a esas prácticas se les acusa de ser “religiosos”.
    3. Bajo este estilo de vida, entonces ser cristiano no hace ninguna diferencia. La fe se abarata y el reino ya no es una perla de gran precio o un tesoro escondido que para adquirirlos hay que venderlo todo; la puerta ya no es tan angosta ni el camino estrecho; el costo de ser discípulo ya no es tan alto, como para pensarlo dos veces; la exigencia del llamado es mínima.
    4. Dietrich Bonhoeffer, hace una llamada de atención respecto a la gracia “abaratada”: Bajo esta gracia (barata), el mundo entero se ha hecho «cristiano», pero bajo esta gracia el cristianismo se ha hecho mundo de una forma mucho más acentuada que antes. El conflicto entre la vida cristiana y la vida cívico-mundana queda eliminado (Dietrich Bonhoeffer. El precio de la gracia. p. 22).

Conclusión

Vivimos en el mundo. Pero no debemos vivir como si fuésemos de este mundo, pues somos extranjeros y peregrinos en este mundo (1 Pedro 2:11).

La parábola de la sal, nos enseña que si el cristiano pierde su esencia, su identidad y su carácter será incapaz de transformar el mundo. Si cede a la secularización fallará en su misión.

Seamos sal de este mundo. Que no sea el mundo el que influya en nosotros. Con el poder del Espíritu llevemos nosotros el evangelio que puede salvar y trasformar a esta sociedad.